venerdì 17 ottobre 2014

La planta de agua



No es ni bueno ni malo.

Algunas plantas son así.
Viven en el agua.
Soy una planta de agua.
No necesita tierra firme para desplegar sus raíces.
Puede cambiar el agua bajo ella: un lago hermoso,
un estanque, un charquito, un pantano, o cerca de la orilla del río,
ella sigue floreciendo con tranquilidad.
Es más, si la colocas en una sola tierra se muere.

Es cierto.
En ningún lugar me siento en casa
y todo lugar lo siento mi hogar.
¿Una sola tierra? ¿Una sola visión?
¿Un sólo modo de hacer las cosas, de pensar, de vivir?
me asfixia.
Me encanta la diferencia.
Me fascina lo que no puedo controlar, explicar, catalogar o definir.
Todo me interesa y el mundo entero me parece chico.

No puedo ya más pertenecer a un grupo, una nación,
una institución, un ejército...
Todo lo siento limitado para mis ansias de verdad.
No la encuentro en un lugar, ni en una tierra, ni en un grupo...
sino que está en todo y lejos de todo.

Por eso soy una planta de agua.
No es ni bueno ni malo. Soy así.
Sólo no me quiten el agua.
Puedo vivir sin tierra pero no sin agua.
¡El agua de la libertad!

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