Amo levantarme en la mañana y aún sin fuerzas correr por la
ciudad
y sentir que el sol, las nubes y los volcanes me despabilan
para empezar el día.
Amo prepararme el café, oler su aroma, sentir el rumor de la
cafetera y tomarme con él a la Roma que llevo dentro.
Amo rezar por la mañana antes de salir, confiarle a Dios mi
día, y con calma recitar los salmos y unirme a la gran súplica que lleva siglos
rogándole a Dios…
Amo caminar al trabajo, pensando en los pendientes que tengo
que resolver, los objetivos que he de lograr y las clases que tengo que dictar… amo desgranar las cuentas del rosario mientras que llego a mi meta.
Amo estar sentada en mi escritorio, y concentrarme con
ahínco en los libros que debo leer, dialogar con los autores, beber de ellos,
alegrarme por las intuiciones, genialidades o quedarme perpleja cuando algo aún
no me convence, cuando las dudas permanecen y el pensamiento lo llevo dentro…
Amo luchar cuando me desanimo o
recibir con sorpresa las motivaciones que la vida me ofrece.
Amo gozar de mi almuerzo, ser de aquellas privilegiadas que
tienen un delicioso plato delante.
Amo la siesta… reposar a mitad de la jornada.
Reconocer que me cansé, que sola no puedo un día entero, que necesito reponer
fuerzas con una buena novela y un break de media hora…
Amo los encuentros de cada día. Las reuniones donde me
admiro ante la dedicación de tantos, la eficiencia, los valores, las distintas
cualidades, las fragilidades que todos cargamos día a día…
Amo dictar clases… compartir lo que llevo dentro, lo que creo firmemente,
las reflexiones que son mi vida…
Amo escuchar a las personas, amo poder ayudarlas, amo cuando me ayudan.
Amo mis errores. Amo los errores de los otros. La fragilidad humana me enternece, siempre me lanza a lo eterno.
Amo mis errores. Amo los errores de los otros. La fragilidad humana me enternece, siempre me lanza a lo eterno.
Amo ir al supermercado, hacer la lista de las compras,
limpiar mi casa, cocinar…
Amo compartir con mis amores todo mi día… alegrarme con su
día y gozar cuando se alegran con el mío.
Amo compartir con mis amores las tristezas… asumir sus penas
y sentir alivio cuando asumen las mías.
Amo llorar y siempre encontrar el rostro del consuelo
Amo reír y hacer reír a otros y que otros me hagan reír
Amo llorar y siempre encontrar el rostro del consuelo
Amo reír y hacer reír a otros y que otros me hagan reír
Amo skype, amo facebook, amo el e-mail, amo los blogs que
hacen que todas las distancias se acorten y pueda yo comunicarme con mis amigos
queridos y con los amores de mi vida cuando estoy lejos.
Amo el silencio, la paz, la naturaleza…
Amo el ruido, los locales, la música donde se siente que el
alma está viva y que todos buscan vida
Amo una buena película, un vino Montepulciano y unos deliciosos quesos.
Amo un agudo diálogo con gente brillante o personas
profundamente sencillas y sabias, amo dialogar con los que amo.
Amo cuando después de una tormenta viene la bonanza, cuando
después de un problema viene la quietud, amo la batalla de la vida…
Amo saber que el sufrimiento y la injusticia no serán eternos,
que al final la verdad saldrá a la luz y por ello
amo la vida después de esta vida.
Amo saber que el sufrimiento y la injusticia no serán eternos,
que al final la verdad saldrá a la luz y por ello
amo la vida después de esta vida.
Amo cuando no entiendo a Dios, cuando dialogo, discuto, o me
enternece… amo esa relación en la que Él es siempre fiel, amoroso, paciente y
sabe esperarme hasta convencerme.
Amo a Dios. Amo al ser humano. Amo a mi gente y mis amigos. Amo a los amores de mi vida. Me amo a mi misma. Amo la vida.
Ame lo escrito querida Rocio.
RispondiEliminaSentí que es así la única manera de decir, que se ha vivido.
Gracias.
Fabiola Contreras ;)
Qué bonito. Salvo lo de los ruidos, coincido contigo en todo. Ah, y lo de los errores de los demás y los míos todavía lo estoy aprendiendo (me temo que repetiré de año unos cuarenta o cincuenta más). Por cierto, te faltó: "Amo los temblores" :-)
RispondiEliminaQué gracioso! Efectivamente me faltó amo los temblores! Hoy conversé con alguien que me dijo que le encantaban los terremotos! único en su especie! A todo esto, no creo que repitas de año cuarenta años más, creo que cuando ya llegues a mi edad... uno se vuelve más tolerante. Espérate a los 40¡
RispondiEliminaPrimera vez en años que veo usada la palabra "tolerancia" correctamente :-)
RispondiEliminaUna belleza tu textito Ro, me ha animado la mañana...
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